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Cuando habla, Adrián Caetano es crítico, agudo en sus comentarios. No se dispersa, mantiene el hilo y responde desde el lugar que le toca ocupar. Como cuando dirige. El realizador presentará el jueves "Francia", su última película, en el Festival Tucumán Cine 2010. Sobre eso y mucho más conversó con LA GACETA el uruguayo argentinizado que dirigió "Pizza birra faso" y "Crónica de una fuga", entre otros éxitos.

- ¿Cómo creés que está hoy el cine argentino? ¿Estos festivales provinciales reflejan el estado de la producción?
- Estos espacios están buenos, pero más aportaría una buena distribución. Parece que nuestras películas están destinadas a ser vistas una vez al año en festivales. El cine argentino no tiene el lugar que merece.

- ¿Quiénes son responsables de esta situación?
- Y... no hay una política fuerte de protección al cine nacional. Sin desmerecer estos festivales, las películas deberían estar en las salas comerciales. El problema no es de calidad como se decía antes, porque también hay porquerías que vienen de afuera y están en pantalla sólo por eso.

- Tus películas y las de otros realizadores sí pasan por las salas...
- Por ahí uno tiene ciertos privilegios por el lugar en el que está, pero que a uno le vaya bien no quiere decir que esté todo bien. La producción argentina está deliberadamente ignorada por las distribuidoras, que son empresas extranjeras que no respetan ni la cuota de pantalla. Tiene que ver con políticas culturales heredadas de los 90 que se afianzaron.

- ¿Esas "porquerías" son las que el público quiere?
- El espectador está domesticado. Cambiar esto lleva tiempo. Hay que acostumbrar al espectador, y para eso hay que llenar las salas de películas argentinas. Nos lavaron la cabeza, porque en los años 50 se veía mucho cine argentino.
- No será nada fácil.
- No, porque son monopolios que tienen sus propias revistas, periodistas, críticos, salas... Por eso algunos periodistas poco lúcidos hablan del éxito de taquilla sin tener en cuenta el contexto, porque es un disparate tratar de competir con "Toy Story 3" y el apoyo publicitario que recibe. No digo que haya que obligar al espectador a ver lo nuestro, pero si darle la oportunidad.

- Pareciera que tus posiciones terminan exponiéndose en películas.
- Como cualquiera, tengo posiciones tomadas sobre muchas cosas, pero no me resulta fácil definirlas. Con mis películas busco llamar la atención sobre estos temas de los que estamos hablando. La idea es que la inversión del Incaa no caiga en saco roto, porque sería como enseñarle a un hijo sólo a caminar y no acompañarlo durante su crecimiento.

- ¿El cine es para vos mucho más que arte y entretenimiento?
- Es arte y entretenimiento, pero no sólo eso, que es lo que nos vendieron. Y es algo insoportable, como que todo es 3D. Es complejo, porque ahora la industria del entretenimiento es internet.

- ¿Cómo encajás ahí? Porque tus películas son diferentes entre sí.
- Gracias a Dios pude mezclar. Mi profesión es de director y, modestia aparte, creo que la ejerzo bien. Tengo deseos personales de hacer lo que me gusta y me satisface, y puedo hacerlo desde un lugar más independiente, como "Francia". Pero eso no es incompatible con "Crónica...", que hice por encargo y con una gran producción y financiación por detrás.

- ¿En qué quedó aquello del nuevo cine argentino?
- El nuevo cine... decían que había que filmar de una manera y ahora cambiaron. Son amigos del éxito.

- Pero sos un referente para muchos...
- Sé que "Pizza, birra, faso" fue decisiva, y perdón por la falta de humildad, pero me doy cuenta de que marcó tendencias. Con Bruno Stagnaro fuimos partícipes de ese inicio, de películas que hablan de marginados, de gente que está en cárceles. Lo mismo con esto de trabajar con personas que no son actores. La influencia existe, pero no genera en mí un compromiso extra, porque ya vi la falacia del cine argentino. Busco hacer lo que tengo ganas.

- "Francia"
- Sí. Es una película tan personal que ni pensé en que fuera a estrenarse en los cines. Pero llegaron las invitaciones a Venecia, Huelva, San Sebastián... La pensé con una camarita casera porque tenía ganas de filmar, pero entiendo que si está Natalia Oreiro, y yo por detrás, atrae. La hice sin pretensiones comerciales, fui muy egoísta y tuvo una repercusión fabulosa.

- Y te sacaste las ganas de trabajar con tu hija (Milagros Caetano).
- Fue muy divertido, precioso, la pasamos muy bien. Natalia dijo que hice la película para poder trabajar con mi hija, y sí, aunque suene egoísta. Y Natalia está bárbara, esto me sirvió para conocerla, y posiblemente la incluya en mi próximo proyecto.

- ¿Cómo viene ese proyecto?
- Por ahora trabajo sólo en corregir guiones como para definir de qué se trata. Nada más.