3 de septiembre de 2009

ENTREVISTA A MAURICIO KARTUN

Posted on 17:50 by Unknown

"Siento amor por la mescolanza estética"

A los 63, dice que el gusto por el cruce de géneros deviene de su historia familiar. Recientemente estrenó "Ala de criados" en el Teatro del Pueblo, sobre un verano en la costa de una Mar del Plata señorial mientras sucede La Semana Trágica. También habla de cine: cuenta su participación en "Tetro", de Francis Ford Coppola, y adelanta que Luis Puenzo filmará "El niño argentino".

LA TERCERA RECONOCIDO COMO DRAMATURGO, KARTUN DECIDIO DIRIGIR SUS OBRAS. NO PUDO IRLE MEJOR: "LA MADONNITA" Y "EL NIÑO ARGENTINO" SE GANARON GRAN CANTIDAD DE PREMIOS Y FUERON CONVOCANTES DE PUBLICO. AQUI, CON EL ELENCO DE "ALA DE CRIADOS".
Es la tercera obra de Mauricio Kartun (63), desde que agregó a su antiguo oficio de dramaturgo el peso de la dirección propia. Primero fue La Madonnita, una historia de principios de siglo en un pueblo de la llanura: la sordidez de la renguera de la bella esposa, manipulada por su marido fotógrafo ante ese viajante envenenado de deseo. Después, El niño argentino: la bodega de un barco hacia Europa en los tiempos de la manteca al techo con una vaca para calmar, en el trayecto, el apetito de los niños ricos. Ahora llega Ala de criados, la costa de una Mar del Plata todavía señorial y la pólvora que serpentea, llegando con los anuncios de La Semana Trágica.



e¿Cómo se modificó la perspectiva de tu dramaturgia desde que sabés que también tendrás que resolver aquello que se te ocurra escribir?

Más allá de alguna sensatez y de entender mejor a los directores con los que alguna vez me he trenzado, intento que no se me resuelvan. En mi humilde credo personal escribir teatro pensando en un escenario es condenar al imaginario a imaginería. Limitar esa cosa inconmensurable al estado más acotadito de representación virtual. Me parece que la riqueza de un lenguaje está en la riqueza de sus signos y a estos los hace cada soporte: cuando escribo, trabajo con palabras, con imágenes de todo tipo, huelo, toco, puedo volar, qué sé yo¿ Cuando dirijo, acepto la nueva maravilla de escribir ahora a través de esos objetos, esa luz, esos cuerpos, que ya no son el personaje sino su encarnación. Otra realidad. Esta es la maravillosa dialéctica del teatro, su apareamiento: dos cosas que hacen a una tercera que no es simple suma de sus partes. Habiendo algo tan bonito como la cópula ¿Qué ventajas te daría hacerte unicelular?



Tus obras tienen un anclaje histórico reconocible y una anécdota que edita y comprime ese momento. Ahora es Mar del Plata mucho antes del turismo social y, como telón de fondo, La Semana Trágica. ¿Cómo aparece el tema? ¿Cuánto necesitás que ese tema tenga una ubicación histórica?

No me interesa tanto la historia como materia documental, sino como proveedora de mitos. Al fin y al cabo de eso se hacen las obras, ¿no? De ahí arranco, en general. Fijate en las circunstancias de esta obra: La Semana Trágica, un gobierno popular, Irigoyen, que tiene dentro de su propio partido el germen autoritario que terminará destruyéndolo. Una enorme masa obrera -en momentos en los que el laburo exigía una extraordinaria demanda física, demoledora-; pidiendo un poco más de pan y menos horas de trabajo. Una clase pudiente aterrorizada por los cambios sociales armándose contra la huelga. Y una clase media en formación alegremente dispuesta a comprar las arengas de la aristocracia a la que admira, y que los desprecia. Un filósofo muy iluminado, Bachelard, dice que toda metáfora es un mito en miniatura: acá hay material como para construir el monumento al mito.



Cómo fue pasar de la tensión de los triángulos en "La Madonnita" y "El Niño argentino" a los cuatro personajes de "Ala de criados"?

Cierto, qué bueno, vengo de tríos que son el clásico de las estructuras tensas. Un amigo dice que escribir teatro es facilísimo: ponés a hablar a dos tipos y cuando no sabés que más hacerles decir hacés entrar a un tercero. Acá igual el hormigón, digamos, está hecho de un triángulo clásico más el agregado de un cuarto: uno de esos personajes cómicos que en las viejas comedias llamaban el "panete", el tonto, y que acá en manos de un actor notable, Esteban Bigliardi, se transforma en algo mucho más perturbador. Debo decirlo y hacerme cargo del elogio frente a cualquiera que venga a verlo: un elenco de esos que te sorprende en cada ensayo: Ajaka, Gonzáles Garillo y Laurita Lopez Moyano. Cuatro máquinas de generar sentido. Como decía mi querido Carlos Carella: "les tirás un hueso y te hacen un perro".



Alguna vez, al tener que mencionar a tu heroína favorita en la vida real, hablaste de Charo Huerres, tu madre. Y dijiste: heroína de folletín, madre, viuda y adolescente acá, sola, lejos de su país. ¿Podés ampliar un poco más?

La vieja se vino de Asturias sola a los dieciséis a cumplir con un casamiento arreglado entre familias. Tuvo a su primer hijo, mi querido hermano Cachi. A los veinte enviudó y quedó sola con su bebé en la ciudad. Trabajó de todo un poco: camisera, peluquera a domicilio. En una casa de pensión dónde alquilaba un cuarto conoció a mi padre: llegado del campo, menor que ella, soltero y de rígida familia judía. El casamiento fue un terremoto. Al principio sólo una querida rama bolche de la familia la aceptaba. Y mi abuela, gaucha judía, que desde las colonias de Santa Fe le dio la bendición si tal cosa existe entre nosotros los rusos. Poco tiempo después la cole la adoptó y terminó siendo una de esas parientas queridas, siempre dispuesta a ayudar. Maga de la fusión: inventora del borsch con cantimpalo. Debe ser de ahí que me viene el amor por la mezcolanza estética.



Interesante también la manera de definir a Rául González Tuñón: "Algunas poesías suyas fueron un I Ching suburbano que me ayudó a decidir destinos". ¿Quiénes más ayudaron a marcar esos rumbos?

Gelman, claro. El oráculo. Pasamos los años de la dictadura escuchando con amigos el disco de Cedrón con sus poemas y aguantando las ganas de llorar. Soy usuario de poesía si no es una herejía decirlo así. Considero por otro lado poesía a mi dramaturgia. Como solía aclarar el inefable Tennessee Williams: que la poesía la escribas en forma de diálogo no te hace menos poeta. Poeta y autor de literatura dramática: reivindico orgullosamente estos anacronismos.



¿"El niño argentino" tendrá, finalmente, una versión cinematográfica con dirección de Luis Puenzo?

Si se ordenan los planetas se filma este verano. No fue fácil en este tiempo conciliar agendas porque los chicos -Mike Amigorena y Osky Guzmán- estaban tapados de laburo, pero ahora al fin el proyecto está en marcha. Me tiene muy feliz. Me permitió además conocerlo a Luis Puenzo, un tipazo.



Hubo o no presencia de Kartun en "Tetro", la película de Francis Ford Coppola, a la que habías sido invitado como el dramaturgo "para ayudar a Amigorena con un texto". ¿Sucedió eso?

Sí. A Coppola le divertía mucho El niño argentino. La vio dos veces cuando le hacía la pasadita a Mike. Cuando lo contrató decidió incluir una escena teatral en la pelicula en la que Mike Amigorena hace una especie de Mefisto medio descojonante, travesti, y me encargó el texto en verso. Me divertí mucho, de verdad, escribiendo eso. Como ese texto no tiene valor argumental fue muy editado seguramente y andá a saber cuánto quedó, pero quién te quita lo bailado: comer mandarinas charlando con Francis Ford en el patio de la productora, en Palermo, y hacerme de un par de vinitos de su bodega. El tipo para mí es bronce puro. Como soy medio formalito Y no me animé, pero

Apocalypse Now habría que agradecérsela besándole el anillo.

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